
Vestida “de opositora”,
hoy les quiero presentar
a Lourdes Carracedo,
que, como muchos sabrán,
por tener tan buena voz,
es “porta-voz” popular
en nuestra casa más grande:
la Casa Consistorial.
Nace, siendo muy pequeña,
en esta bella ciudad;
y dicen que, bajo el brazo,
trajo la clave de fa,
y su madre le cantaba
“¡mi-Sol, mi-Sol, mí-re-la!
—No digo cuándo, que en damas
ha de ocultarse la edad—.
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(Puede leer el romance completo en nuestra edición impresa)
Domingo del Prado